
Desearía ser la fe,
habitar los corazones,
ser del mundo lo que aliente
a millones y millones.
Desearía ser la esperanza,
para nunca morir,
para saber que el dolor pasa,
y ser parte del sentir.
Desearía ser la luz,
para iluminar el camino
de aquellos que me rodean
y me brindan su cariño.
Desearía ser de la vida,
aquello en lo que no reparamos,
un cúmulo de sentimientos
que nos permiten ser hermanos.
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